EN CONFIANZA
Leoncio Morán Sánchez
Limitado
Cada día que pasa, el conflicto de límites, entre nuestro estado y Jalisco, toma caminos que hacen ver difícil el que este tenga un final feliz, o por lo menos un acuerdo de conformidad entre ambas partes. Esto es entendible, los colimenses no aceptamos, ni aceptaremos que se nos quite un pedazo más de nuestro territorio y por otro lado en Jalisco deberán estar pensando algo similar, el hecho es que este asunto ha tomado, además de todo, un sentido cada vez más político y partidista. Por lo menos, del lado de Colima, ese ha sido una de las estrategias mediáticas promovidas desde el gobierno del estado. Mejor deberían replantear la defensa del territorio con sólidos argumentos históricos y jurídicos –que seguramente existen- y dejar a un lado la marrullería política que han venido utilizando en este caso. Definitivamente la visión madura con la que venia atendiendo este asunto, el Lic. Juan José Sevilla, anterior Secretario General de Gobierno, avizoraba mejores resultados para nuestro Estado.
El insistir en ver el conflicto de limites como un asunto entre dos países y no dimensionarlo responsablemente al nivel real, que es solamente una diferencia entre dos estados hermanos, esta provocando que cada vez mas se este llegando a un punto, que de seguir así, en un corto plazo por inmadurez de nuestros gobernantes, puede cobrar alguna vida con consecuencias irreparables.
Aparentemente, quien reiteradamente ha venido violando los acuerdos y violentado el conflicto, ha sido el Alcalde priista de Cihuatlan, Enrique González Gómez, por lo menos, así nos lo informan nuestras autoridades estatales. Como miembros del mismo partido, Silverio y el Alcalde de Cihuatlan, seria recomendable que el primero hablara con Beatriz Paredes, presidenta nacional de su partido, y le solicitara su intervención con el fin de llamar a la cordura a Don Enrique González, pidiéndole que llevara la fiesta en paz con nosotros, sus vecinos colimotes. Pero la realidad es que Silverio, desconozco las razones, ha estado bastante limitado para actuar en ese sentido o no le han hecho caso, y por las actitudes que están tomando parece que el asunto se esta perdiendo para Colima, la estrategia de mandar la resolución del caso al Senado no esta siendo la mas adecuada para nosotros, pues ahí independientemente de la situación jurídica, la rentabilidad política tiene un peso especifico importante y en esa ponderación, para cualquier partido político, Jalisco, nos guste o no, nos lleva ampliamente la delantera. Que no hubiera sido mejor que este tema lo hubiera resuelto la Suprema Corte de Justicia de Nación, por lo menos la resolución podría haber venido sustentada valorando mas los argumentos jurídicos que los políticos, y así con el resultado todo mundo estaría mas tranquilo, finalmente la Suprema Corte era quien hubiera resuelto el caso y no los políticos. Seria una lastima que por darle al violín, ahora le estemos dando al violón con esa arriesgada maniobra.
Ni el gobernador de Colima, ni el de Jalisco quieren cargar con el costo histórico que representaría para cada uno de ellos el hecho de que en su periodo de gobierno hubieran perdido parte de su territorio, tal vez por eso lo que mas les conviene, por el bien de sus gobernados, a cada uno de ellos en este espinoso asunto, es tranquilizar a su gente y tratar de resolver el asunto con el dialogo directo y no con declaraciones mediáticas que solo ensanchan las posibilidades de solución
Leoncio Morán Sánchez
Limitado
Cada día que pasa, el conflicto de límites, entre nuestro estado y Jalisco, toma caminos que hacen ver difícil el que este tenga un final feliz, o por lo menos un acuerdo de conformidad entre ambas partes. Esto es entendible, los colimenses no aceptamos, ni aceptaremos que se nos quite un pedazo más de nuestro territorio y por otro lado en Jalisco deberán estar pensando algo similar, el hecho es que este asunto ha tomado, además de todo, un sentido cada vez más político y partidista. Por lo menos, del lado de Colima, ese ha sido una de las estrategias mediáticas promovidas desde el gobierno del estado. Mejor deberían replantear la defensa del territorio con sólidos argumentos históricos y jurídicos –que seguramente existen- y dejar a un lado la marrullería política que han venido utilizando en este caso. Definitivamente la visión madura con la que venia atendiendo este asunto, el Lic. Juan José Sevilla, anterior Secretario General de Gobierno, avizoraba mejores resultados para nuestro Estado.
El insistir en ver el conflicto de limites como un asunto entre dos países y no dimensionarlo responsablemente al nivel real, que es solamente una diferencia entre dos estados hermanos, esta provocando que cada vez mas se este llegando a un punto, que de seguir así, en un corto plazo por inmadurez de nuestros gobernantes, puede cobrar alguna vida con consecuencias irreparables.
Aparentemente, quien reiteradamente ha venido violando los acuerdos y violentado el conflicto, ha sido el Alcalde priista de Cihuatlan, Enrique González Gómez, por lo menos, así nos lo informan nuestras autoridades estatales. Como miembros del mismo partido, Silverio y el Alcalde de Cihuatlan, seria recomendable que el primero hablara con Beatriz Paredes, presidenta nacional de su partido, y le solicitara su intervención con el fin de llamar a la cordura a Don Enrique González, pidiéndole que llevara la fiesta en paz con nosotros, sus vecinos colimotes. Pero la realidad es que Silverio, desconozco las razones, ha estado bastante limitado para actuar en ese sentido o no le han hecho caso, y por las actitudes que están tomando parece que el asunto se esta perdiendo para Colima, la estrategia de mandar la resolución del caso al Senado no esta siendo la mas adecuada para nosotros, pues ahí independientemente de la situación jurídica, la rentabilidad política tiene un peso especifico importante y en esa ponderación, para cualquier partido político, Jalisco, nos guste o no, nos lleva ampliamente la delantera. Que no hubiera sido mejor que este tema lo hubiera resuelto la Suprema Corte de Justicia de Nación, por lo menos la resolución podría haber venido sustentada valorando mas los argumentos jurídicos que los políticos, y así con el resultado todo mundo estaría mas tranquilo, finalmente la Suprema Corte era quien hubiera resuelto el caso y no los políticos. Seria una lastima que por darle al violín, ahora le estemos dando al violón con esa arriesgada maniobra.
Ni el gobernador de Colima, ni el de Jalisco quieren cargar con el costo histórico que representaría para cada uno de ellos el hecho de que en su periodo de gobierno hubieran perdido parte de su territorio, tal vez por eso lo que mas les conviene, por el bien de sus gobernados, a cada uno de ellos en este espinoso asunto, es tranquilizar a su gente y tratar de resolver el asunto con el dialogo directo y no con declaraciones mediáticas que solo ensanchan las posibilidades de solución
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