jueves, 10 de julio de 2008

El tiro por la culata

EN CONFIANZA
Leoncio Morán Sánchez

El tiro por la culata

La alcaldía me dio la oportunidad de servir, pero también obtuve de esta importante posición en nuestro estado, una gran enseñanza. Aprendí que una parte importante para hacer un buen gobierno es el saber escuchar. Desde niño, luego de adolescente y después como un joven estudiante, una de mis debilidades era el querer “comerme el mundo”, quería hacer todo los más rápido posible, ansiaba obtener la mejor y más amplia información de cualquier tema, con el fin de tomar rápidamente la que consideraba la mejor decisión. Mi padre tenía una conversación siempre interesante y a pesar de sólo haber terminado la secundaria, la experiencia de vida y el interés que tuvo siempre de aprender y de prepararse, sin temor a equivocarme, lo ponían en un nivel de conocimiento que estoy seguro muchos profesionistas titulados y personas con maestrías, no contaban. Pacientemente, mi padre trataba de transmitirme sus enseñazas, sin embargo, por mi ansiedad, no pocas veces terminábamos la conversación con algún grado de diferencia, pues mi afán de recibir lo mas rápido la información que él trataba de darme y su capacidad de diálogo de un nivel altamente descriptivo, chocaban regularmente. “¡Ténme paciencia, escúchame, hijo!”, eran sus palabras cuando, desesperado, quería hacerme reaccionar.

Con este antecedente, confieso que, como alcalde, cuando tuve mi primer contacto con el movimiento Antorcha Campesina, estuve decidido a evidenciar muchas cosas de esa organización en las que no estaba de acuerdo, y que consideraba eran injustas y abusivas para la gente que se dice representar. Estuve dispuesto a no ceder en sus pretensiones y enfrentar, así fueran los tres años, a sus dirigentes. Pronto, haciendo caso a las enseñanzas de mi padre, decidí que lo mejor era escuchar, que si bien Antorcha Campesina es una organización político partidista, vinculada al PRI, también forman parte de ella muchos jóvenes, mujeres y hombres que de buena fe, ajenos a los intereses, en muchos casos mezquinos, de los partidos políticos, que por el interés de mejorar su calidad de vida y ante la incapacidad de algunos gobernantes, se refugian en este movimiento para satisfacer muchas de sus necesidades, entre ellas la de vivienda.

Es cierto que históricamente, algunos dirigentes de Antorcha Campesina han abusado de la miseria de la gente, compran terrenos rurales, después de manera unilateral, trazan calles, lotifican y venden las propiedades sin servicios, exigiéndoles a los gobiernos, como si fuera responsabilidad de éstos, la introducción del agua, luz, empedrados, áreas jardinadas, etc. A las personas que de buena fe compran sus terrenos, y abusando del desconocimiento que éstos tienen con respecto a los requisitos para poder fraccionar y regularizar la tenencia de sus nuevas propiedades, en muchos casos los utilizan como instrumentos de lucha y de amenaza política, presionándolos a asistir a reuniones, mítines y hasta manifestaciones con la amenaza de no entregarles las escrituras de sus propiedades. Sin embargo también es cierto que a través de estos métodos -desde mi punto de vista poco éticos-, mucha gente humilde ha tenido la posibilidad de hacerse, a través del tiempo, de una vivienda para su familia.

Mi relación con el movimiento Antorcha Campesina siempre fue buena, los respeté y me sentí respetado, escuché con atención sus planteamientos y resolví muchas de las carencias y necesidades de la gente humilde que ellos dicen representar. Atendí a sus dirigentes, en muchos casos no estuve de acuerdo con ellos, pero juntos entendimos que el enfrentamiento no era la mejor vía para resolver de fondo los problemas que tenían. Jamás acordamos o acepté algo que fuera ilegal. De mi parte, puedo decir que en ellos encontré a muchos amigos que hoy conservo.

La situación que hoy vive el Ayuntamiento de Colima con los Antorchistas no es distinta a la que siendo alcalde enfrenté en su oportunidad; la diferencia está en la manera de atenderlos. Lo que sí resulta inconcebible es que, a pesar de ser de su mismo partido y de alguna manera, a través del PRI, haber nacido a la sombra de estos gobiernos, hoy, ante la incapacidad por atender la problemática de manera consciente y razonable, el tema Antorcha Campesina se les está saliendo de control o, como dijeran vulgarmente, les esté saliendo el tiro por la culata.

No hay comentarios: