EN CONFIANZA
Leoncio Moran Sánchez
Camino Real
Mis padres, Leoncio y Rosa, como muchos colimenses no son originarios de Colima; son colimenses por adopción. Mi mama nació en Amatlán de Jora, un pequeño pueblo de la sierra nayarita, vio la luz por vez primera en ese lugar, en tiempos en que mi “abuelita Chuy”, así le decíamos de cariño, trabajaba como maestra rural en esa alejada población del Estado de Nayarit. Mi papa nació en Guadalajara, después de que mi abuelo, originario de San Gabriel y mi abuela, originaria de Ciudad Guzmán, ambos pueblos del estado de Jalisco, se casaran y decidieran vivir buena parte de su vida en la “Perla Tapatía”.
Mi mama, al poco tiempo de nacer y hasta cumplir los once años, vivió en Ahuacatlán, Nayarit, después de eso residió en Guadalajara, donde muchos años después conoció a mi papa. En el año 1965, recién casados, ambos decidieron venir a vivir a Colima. Luís Manuel, mi hermano y yo nacimos aquí, en la tierra de las palmeras.
Recién llegados a Colima, mis papas iban a Guadalajara por lo menos dos veces al mes, se iban el sábado por la noche, al cerrar la tienda de la familia, regresando el domingo por la tarde. En ese tiempo el viaje tomaba mas de seis horas, el recorrido hacia obligatorio visitar Pihuamo, Tecalitlan, Zapotiltic, Cd, Guzmán, Sayula, Acatlán de Juárez y llegar a Guadalajara. Algunos años después, finales de los sesentas, se abrió el camino asfaltado por lo que en ese entonces se llamo la “vía rápida a Guadalajara”, evitando la vuelta a Pihuamo y pasando por Quesería, Tonila, Atenquique, Tuxpan, y continuar el resto del trayecto por el antiguo camino. Al inicio de los años setentas se construyo el camino que va del crucero a Tuxpan, un poco adelante de Atenquique, hasta llegar a Cd. Guzmán, ahorrándose en ese tiempo ya tres horas contra las originales seis que tomaba el recorrido en el año 1966. Fue hasta finales de los años ochenta, siendo presidente de la Republica el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, que se construyo lo que hoy conocemos como la autopista a Guadalajara, el ahorro en tiempo fue considerable, pues a partir de esa fecha el tiempo promedio de recorrido a Guadalajara se realiza en aproximadamente dos horas.
Comento lo anterior, por que en la edición de ayer de Milenio, en declaración a Heidi de León, el director nacional de Banobras, Alonso García Tamez, anuncia finalmente el inicio de las obras de ampliación de la autopista Colima-Guadalajara para este fin de año. Esta obra es prioritaria para los colimenses, pues tiene que ver con dos temas de interés para nuestro estado; seguridad y desarrollo. El primero por que el crecimiento del puerto ha ocasionado una sobresaturación de vehículos pesados que hacen cada vez mas peligroso y lento el recorrido, además de dañan la carpeta asfáltica haciendo necesario un mantenimiento permanente. Por otro lado, es inconcebible que siendo Manzanillo el puerto mas importante del país no cuente de manera completa con un red carretera de autopista que permita conectar de manera rápida y segura la carga que entra y sale de nuestro país, además, que cada día que pasa este problema se esta convirtiendo en una deficiencia competitiva con otros puertos de México.
Esperaremos con atención el inicio de las obras de este nuevo “Camino Real”, pues de llevarse a cabo como se anuncio recientemente, el presidente de la republica, Felipe Calderón, estará cumpliendo un compromiso publico hecho en campaña a los colimenses.
Leoncio Moran Sánchez
Camino Real
Mis padres, Leoncio y Rosa, como muchos colimenses no son originarios de Colima; son colimenses por adopción. Mi mama nació en Amatlán de Jora, un pequeño pueblo de la sierra nayarita, vio la luz por vez primera en ese lugar, en tiempos en que mi “abuelita Chuy”, así le decíamos de cariño, trabajaba como maestra rural en esa alejada población del Estado de Nayarit. Mi papa nació en Guadalajara, después de que mi abuelo, originario de San Gabriel y mi abuela, originaria de Ciudad Guzmán, ambos pueblos del estado de Jalisco, se casaran y decidieran vivir buena parte de su vida en la “Perla Tapatía”.
Mi mama, al poco tiempo de nacer y hasta cumplir los once años, vivió en Ahuacatlán, Nayarit, después de eso residió en Guadalajara, donde muchos años después conoció a mi papa. En el año 1965, recién casados, ambos decidieron venir a vivir a Colima. Luís Manuel, mi hermano y yo nacimos aquí, en la tierra de las palmeras.
Recién llegados a Colima, mis papas iban a Guadalajara por lo menos dos veces al mes, se iban el sábado por la noche, al cerrar la tienda de la familia, regresando el domingo por la tarde. En ese tiempo el viaje tomaba mas de seis horas, el recorrido hacia obligatorio visitar Pihuamo, Tecalitlan, Zapotiltic, Cd, Guzmán, Sayula, Acatlán de Juárez y llegar a Guadalajara. Algunos años después, finales de los sesentas, se abrió el camino asfaltado por lo que en ese entonces se llamo la “vía rápida a Guadalajara”, evitando la vuelta a Pihuamo y pasando por Quesería, Tonila, Atenquique, Tuxpan, y continuar el resto del trayecto por el antiguo camino. Al inicio de los años setentas se construyo el camino que va del crucero a Tuxpan, un poco adelante de Atenquique, hasta llegar a Cd. Guzmán, ahorrándose en ese tiempo ya tres horas contra las originales seis que tomaba el recorrido en el año 1966. Fue hasta finales de los años ochenta, siendo presidente de la Republica el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, que se construyo lo que hoy conocemos como la autopista a Guadalajara, el ahorro en tiempo fue considerable, pues a partir de esa fecha el tiempo promedio de recorrido a Guadalajara se realiza en aproximadamente dos horas.
Comento lo anterior, por que en la edición de ayer de Milenio, en declaración a Heidi de León, el director nacional de Banobras, Alonso García Tamez, anuncia finalmente el inicio de las obras de ampliación de la autopista Colima-Guadalajara para este fin de año. Esta obra es prioritaria para los colimenses, pues tiene que ver con dos temas de interés para nuestro estado; seguridad y desarrollo. El primero por que el crecimiento del puerto ha ocasionado una sobresaturación de vehículos pesados que hacen cada vez mas peligroso y lento el recorrido, además de dañan la carpeta asfáltica haciendo necesario un mantenimiento permanente. Por otro lado, es inconcebible que siendo Manzanillo el puerto mas importante del país no cuente de manera completa con un red carretera de autopista que permita conectar de manera rápida y segura la carga que entra y sale de nuestro país, además, que cada día que pasa este problema se esta convirtiendo en una deficiencia competitiva con otros puertos de México.
Esperaremos con atención el inicio de las obras de este nuevo “Camino Real”, pues de llevarse a cabo como se anuncio recientemente, el presidente de la republica, Felipe Calderón, estará cumpliendo un compromiso publico hecho en campaña a los colimenses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario