EN CONFIANZA
Leoncio Moran Sánchez
Jaque…mate.
El 2 de julio pasado, al medio día, veía el noticiero vespertino cuando repentinamente apareció la nota: “Liberan a Ingrid Betancourt”. La presentadora de las noticias, se notaba diferente, me dio la impresión de que disfrutaba al dar la nota. En principio creí no haber entendido bien lo que recién se acababa de informar, me parecía algo increíble, pues siempre pensé, o más bien presentí, que a esta mujer, después de tanto tiempo, a estas fechas era muy probable que las FARC la hubieran asesinado o bien hubiera muerto de alguna enfermedad mal atendida contraída en la selva colombiana. Aún más difícil de creer, resultaba el hecho de que no se hubiera disparado un solo tiro durante su rescate y el de los otros 14 rehenes liberados. De cualquier forma, sin conocer a Ingrid Betancourt, y sin conocer con certeza las razones de su secuestro, mucho menos su actividad social o política hasta antes del 23 de febrero de 2002, fecha en que fue secuestrada, me sentía feliz por el triunfo que esto representa para ella, su familia, el pueblo y gobierno colombiano.
De inmediato vinieron a mi mente los presidentes, venezolano y ecuatoriano, Chávez y Correa respectivamente, desde mi perspectiva, cómplices de la guerrilla colombiana. Álvaro Uribe, presidente colombiano, había demostrado que aquella reprochable intromisión a territorio ecuatoriano no había sido un acto casuístico, todo era parte del mismo objetivo, debilitar a las FARC, infiltrarse en su organización y liberar a la ex candidata presidencial. Chávez, no ha tenido más que comerse sus palabras y felicitar por este hecho al presidente Uribe.
La invitación que de manera pacifica, pero firme, hace el gobierno colombiano a las cabecillas de las FARC para que depongan las armas con el fin de que, no se hagan matar ni sacrifiquen a sus hombres” pone en jaque, nuevamente y de manera inmediata, a esta criminal organización guerrillera. Me pregunto: ¿Qué estará pasando por la mente de aquellos jóvenes mexicanos que fueron heridos mientras realizaban adiestramiento guerrillero en el campamento de las FARC en territorio colombiano?, ¿Darán la cara aquellos que los llevaron y motivaron a involucrarse en esta actividad?. Es importante que el gobierno mexicano vaya hasta el fondo en este caso e identifique al o los responsables de promocionar el “turismo guerrillero” de mexicanos en Sudamérica.
A pocos días del golpe a las FARC, se esta tratando desprestigiar el éxito del operativo militar colombiano argumentando un supuesto pago de 20 millones de dólares por la liberación de quienes se encontraban en cautiverio; aunque no tengo elementos suficientes que me permitan defender a ultranza la transparencia de esta operación militar, me cuesta trabajo creer la veracidad de esta hipótesis. Por los hechos, confió en la palabra del presidente Uribe, creo que no deberá desgastarse o desviarse en responder a sus detractores, lo mejor que puede hacer, como hasta hora, es continuar enfrentando con inteligencia y firmeza a estos criminales, hasta no ver liberado al pueblo colombiano de los actos de terror que a través de los años ha llevado a cabo esta organización.
Por otro lado, habrá que ver que pasara con el rumbo que tome la vida pública de Ingrid Betancourt después del descanso anunciado por ella misma. Aunque por el momento ha descartado buscar la candidatura a las próximas elecciones presidenciales colombianas; cualquiera que sea su decisión afectara determinantemente el destino político de más de algún presidente latinoamericano y del pueblo que gobierna.
Leoncio Moran Sánchez
Jaque…mate.
El 2 de julio pasado, al medio día, veía el noticiero vespertino cuando repentinamente apareció la nota: “Liberan a Ingrid Betancourt”. La presentadora de las noticias, se notaba diferente, me dio la impresión de que disfrutaba al dar la nota. En principio creí no haber entendido bien lo que recién se acababa de informar, me parecía algo increíble, pues siempre pensé, o más bien presentí, que a esta mujer, después de tanto tiempo, a estas fechas era muy probable que las FARC la hubieran asesinado o bien hubiera muerto de alguna enfermedad mal atendida contraída en la selva colombiana. Aún más difícil de creer, resultaba el hecho de que no se hubiera disparado un solo tiro durante su rescate y el de los otros 14 rehenes liberados. De cualquier forma, sin conocer a Ingrid Betancourt, y sin conocer con certeza las razones de su secuestro, mucho menos su actividad social o política hasta antes del 23 de febrero de 2002, fecha en que fue secuestrada, me sentía feliz por el triunfo que esto representa para ella, su familia, el pueblo y gobierno colombiano.
De inmediato vinieron a mi mente los presidentes, venezolano y ecuatoriano, Chávez y Correa respectivamente, desde mi perspectiva, cómplices de la guerrilla colombiana. Álvaro Uribe, presidente colombiano, había demostrado que aquella reprochable intromisión a territorio ecuatoriano no había sido un acto casuístico, todo era parte del mismo objetivo, debilitar a las FARC, infiltrarse en su organización y liberar a la ex candidata presidencial. Chávez, no ha tenido más que comerse sus palabras y felicitar por este hecho al presidente Uribe.
La invitación que de manera pacifica, pero firme, hace el gobierno colombiano a las cabecillas de las FARC para que depongan las armas con el fin de que, no se hagan matar ni sacrifiquen a sus hombres” pone en jaque, nuevamente y de manera inmediata, a esta criminal organización guerrillera. Me pregunto: ¿Qué estará pasando por la mente de aquellos jóvenes mexicanos que fueron heridos mientras realizaban adiestramiento guerrillero en el campamento de las FARC en territorio colombiano?, ¿Darán la cara aquellos que los llevaron y motivaron a involucrarse en esta actividad?. Es importante que el gobierno mexicano vaya hasta el fondo en este caso e identifique al o los responsables de promocionar el “turismo guerrillero” de mexicanos en Sudamérica.
A pocos días del golpe a las FARC, se esta tratando desprestigiar el éxito del operativo militar colombiano argumentando un supuesto pago de 20 millones de dólares por la liberación de quienes se encontraban en cautiverio; aunque no tengo elementos suficientes que me permitan defender a ultranza la transparencia de esta operación militar, me cuesta trabajo creer la veracidad de esta hipótesis. Por los hechos, confió en la palabra del presidente Uribe, creo que no deberá desgastarse o desviarse en responder a sus detractores, lo mejor que puede hacer, como hasta hora, es continuar enfrentando con inteligencia y firmeza a estos criminales, hasta no ver liberado al pueblo colombiano de los actos de terror que a través de los años ha llevado a cabo esta organización.
Por otro lado, habrá que ver que pasara con el rumbo que tome la vida pública de Ingrid Betancourt después del descanso anunciado por ella misma. Aunque por el momento ha descartado buscar la candidatura a las próximas elecciones presidenciales colombianas; cualquiera que sea su decisión afectara determinantemente el destino político de más de algún presidente latinoamericano y del pueblo que gobierna.
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