EN CONFIANZA
Leoncio Moran Sánchez
Chango viejo
Nací en una familia donde con el ejemplo se me enseño que el trabajo es un privilegio, el obtener cualquier beneficio debía de estar antecedido por el esfuerzo, nada se lograba gratis, se me enseño a valorar todo lo que recibí y tuve a disposición para desarrollarme. Fui educado en el sentido que para mandar primero debía de saber hacer aquello que estaba ordenando. Se me enseño a tratar con el mismo respeto y atención a la persona mas encumbrada que a la mas sencilla, siempre se nos recalco que las personas no valen por lo que materialmente tienen, sino por el valor que cada quien pose al conducirse de una manera correcta, de ser congruente, de defender sus ideales, de respetar a los demás, de ser tolerante y definitivamente por el deseo de superación manifestado en el respeto y cariño al trabajo que le corresponde realizar.
En su juventud mi abuelo paterno, fiel a sus principios y valores, durante la guerra cristera, decidió enrolarse en las filas de los cristeros, tomo las armas y defendió la libertad religiosa que en ese momento se encontraba en riesgo en nuestro país; llego a ser un importante líder de este movimiento ciudadano. Mi padre fue un nacionalista orgulloso de su patria pero al mismo tiempo un severo critico de los gobiernos emanados de la revolución y de lo que ellos representaban: corrupción, mentira, intolerancia y antidemocracía, nunca perteneció a partido político alguno, siempre insistía que estando en el lado ciudadano sin la relación política con algún partido se podía hacer mucho mas por nuestro país. Me decía: “el pertenecer a un partido limita y corres el riesgo de terminar haciendo lo que el grupo que lo maneja, considera mejor y no necesariamente lo que es mejor para la gente”, sin embargo, como muchos ciudadanos simpatizo con Acción Nacional y sus principios, los cuales en buena parte están fundamentados en la doctrina social de la iglesia católica, religión que el practico y junto con mi madre, en ella nos formo. A diferencia de otros partidos políticos, en Acción Nacional, desde su fundación, estos principios son los mismos, estos no han cambiado con los vaivenes de la historia, ni se han acomodado a la moda o para satisfacer la tentación de una coyuntura electoral.
Esto contrasta con lo sucedido el pasado sábado, en la ciudad de Aguascalientes, en la vigésima asamblea nacional del PRI, a este partido le “bastaron 25 minutos para cambiar de piel” y “retomar su perfil de izquierda” (Excelsior 24/08/08), ahora resulta que para los próximos procesos electorales ya no será un partido de centro, como cómodamente se hacían llamar, aunque esto era mas por tratar de quedar bien con todos y en la indefinición no comprometerse con nadie, asumiendo la posición de “veletas”, que de acuerdo a las circunstancias electorales, políticas, y de los intereses de los grandes grupos económicos del país, con el afán de lograr el poder, actúan de esta manera para tratar de encontrar una salida que los ayude a superar airososos sus siempre posiciones contradictorias de principios. De acuerdo a la moda, ahora el nuevo PRI, el de esta siglo, será una “izquierda moderada o socialdemócrata”, aunque muy probablemente roja y revolucionaria, como la de Hugo Chávez. Al PRI le pasa lo que al “chango”, que por mas esfuerzos que hace por desmarcarse de su pasado y presentares como una nueva opción renovada, le es prácticamente imposible “aprender maroma nueva”.
La realidad es que para la mayoría de los ciudadanos la política y los partidos políticos están pésimamente calificados, dan la impresión de estar mas preocupados por conservar o arrebatar el poder que por resolver de fondo los problemas que agobian a muchos mexicanos. Es por eso que el partido que aspire a ganar el próximo año la mayoría en el Congreso de la Unión, los Congresos locales y las gubernaturas en juego, tendrá que presentar candidatos cercanos a los ciudadanos mas que a los propios partidos políticos, candidatos con los cuales la gente se identifique, pues con la falta de credibilidad con la que cuentan, hoy la gente a la hora de definir su voto le da mas valor a la persona aspirante al cargo que al propio partido que representa.
Leoncio Moran Sánchez
Chango viejo
Nací en una familia donde con el ejemplo se me enseño que el trabajo es un privilegio, el obtener cualquier beneficio debía de estar antecedido por el esfuerzo, nada se lograba gratis, se me enseño a valorar todo lo que recibí y tuve a disposición para desarrollarme. Fui educado en el sentido que para mandar primero debía de saber hacer aquello que estaba ordenando. Se me enseño a tratar con el mismo respeto y atención a la persona mas encumbrada que a la mas sencilla, siempre se nos recalco que las personas no valen por lo que materialmente tienen, sino por el valor que cada quien pose al conducirse de una manera correcta, de ser congruente, de defender sus ideales, de respetar a los demás, de ser tolerante y definitivamente por el deseo de superación manifestado en el respeto y cariño al trabajo que le corresponde realizar.
En su juventud mi abuelo paterno, fiel a sus principios y valores, durante la guerra cristera, decidió enrolarse en las filas de los cristeros, tomo las armas y defendió la libertad religiosa que en ese momento se encontraba en riesgo en nuestro país; llego a ser un importante líder de este movimiento ciudadano. Mi padre fue un nacionalista orgulloso de su patria pero al mismo tiempo un severo critico de los gobiernos emanados de la revolución y de lo que ellos representaban: corrupción, mentira, intolerancia y antidemocracía, nunca perteneció a partido político alguno, siempre insistía que estando en el lado ciudadano sin la relación política con algún partido se podía hacer mucho mas por nuestro país. Me decía: “el pertenecer a un partido limita y corres el riesgo de terminar haciendo lo que el grupo que lo maneja, considera mejor y no necesariamente lo que es mejor para la gente”, sin embargo, como muchos ciudadanos simpatizo con Acción Nacional y sus principios, los cuales en buena parte están fundamentados en la doctrina social de la iglesia católica, religión que el practico y junto con mi madre, en ella nos formo. A diferencia de otros partidos políticos, en Acción Nacional, desde su fundación, estos principios son los mismos, estos no han cambiado con los vaivenes de la historia, ni se han acomodado a la moda o para satisfacer la tentación de una coyuntura electoral.
Esto contrasta con lo sucedido el pasado sábado, en la ciudad de Aguascalientes, en la vigésima asamblea nacional del PRI, a este partido le “bastaron 25 minutos para cambiar de piel” y “retomar su perfil de izquierda” (Excelsior 24/08/08), ahora resulta que para los próximos procesos electorales ya no será un partido de centro, como cómodamente se hacían llamar, aunque esto era mas por tratar de quedar bien con todos y en la indefinición no comprometerse con nadie, asumiendo la posición de “veletas”, que de acuerdo a las circunstancias electorales, políticas, y de los intereses de los grandes grupos económicos del país, con el afán de lograr el poder, actúan de esta manera para tratar de encontrar una salida que los ayude a superar airososos sus siempre posiciones contradictorias de principios. De acuerdo a la moda, ahora el nuevo PRI, el de esta siglo, será una “izquierda moderada o socialdemócrata”, aunque muy probablemente roja y revolucionaria, como la de Hugo Chávez. Al PRI le pasa lo que al “chango”, que por mas esfuerzos que hace por desmarcarse de su pasado y presentares como una nueva opción renovada, le es prácticamente imposible “aprender maroma nueva”.
La realidad es que para la mayoría de los ciudadanos la política y los partidos políticos están pésimamente calificados, dan la impresión de estar mas preocupados por conservar o arrebatar el poder que por resolver de fondo los problemas que agobian a muchos mexicanos. Es por eso que el partido que aspire a ganar el próximo año la mayoría en el Congreso de la Unión, los Congresos locales y las gubernaturas en juego, tendrá que presentar candidatos cercanos a los ciudadanos mas que a los propios partidos políticos, candidatos con los cuales la gente se identifique, pues con la falta de credibilidad con la que cuentan, hoy la gente a la hora de definir su voto le da mas valor a la persona aspirante al cargo que al propio partido que representa.